Mediante la
Endura ,
los iniciados Cátaros sacrificaban aquella parte de sí mismos que consideraban
sujeta a la
Dialéctica de la
Muerte , para
permitir que “el Otro” naciera y creciera: uno debe morir para que Uno pueda
nacer.
En la pira de nuestra Endura, nosotros podemos
destruir a la personalidad mundana y a los residuos de compulsiones animalescas que habitan en
nosotros y nos atan a la
esfera de la muerte. Como Nietzsche hace decir a su Zaratustra, el hombre no es
un fin sino un medio para alcanzar el Superhombre. Y ese nuevo ser no es algo
ajeno a nosotros sino una potencia que radica en nuestro interior y el
verdadero Motor que mueve toda el Proceso…
Los iniciados Cátaros
eran eminentemente gnósticos y dualistas, pero su senda no es exactamente la
misma que la nuestra ( --._-.-._._-..._.--_._--.._-.-.--). Mediante
su Endura, su pathei-mathos, forjaban un Recipiente para las
energías del Paráclito. Necesitaban de esta Emanación para que
en su Domum Scintilla pudiera emerger el “Hijo” y
provocar la
Transfiguración.
El Corpúsculo de
Fuerza se desarrollará y emergerá a condición de que sea capaz, por sus propios
medios, de alzarse sobre las cenizas de la
Dialéctica de la
Muerte , y esa será su
dignidad y su poder nacido por derecho de conquista. Este será el camino de la
Transfiguración Luciférica
"…A veces cuando
caes, vuelas"