Aprender la simulación
consciente reporta una perspectiva superior a la de “la persona corriente”,
aumenta la autoconciencia del practicante hasta el extremo de permitir ver más
allá de apariencias superficiales, a la vez que refina sus reflejos sociales y afila su
estado de alerta. Además, por supuesto, la capacidad de “cambiar de forma”
supone una gran ventaja a la hora de llevar a buen término cualquiera que sea
nuestro propósito.
Entrenarse en el arte del disfraz es a la vez
divertido y devastador, y tiene que ver con la habilidad artística de
"transformarse" en algo distinto a la propia persona. Esta
simulación debe hacerse con tanta convicción que sea capaz de arrastrar a los
eventuales espectadores hacia esa ilusión. Se trata de una verdadera
modificación de la percepción que puede llegar a extremos paranormales.
Para entrenarte, elige un personaje con unos rasgos
bien definidos, con un carácter, si puede ser, diametralmente opuesto al tuyo.
Estudia bien “la máscara” y comprende sus
motivaciones, su modo de expresarse, sus ademanes, su vocabulario, trata de
simular su vestuario, etc…
El siguiente paso, y el más divertido, es el de salir
ahí afuera convertido en esa otra persona. Mantenerse activo, relacionarse,
conversar, visitar lugares. Sobretodo es necesario evitar el histrionismo y la
sobreactuación.
Gracias a estos ejercicios se adquiere la suficiente
disciplina para crear el espejismo.
Una vez entrenada esa capacidad, poseeremos en
nuestro arsenal, una herramienta magnífica para acceder a lugares, obtener
información, manipular, convencer, camuflarse, atacar de improviso,
desaparecer, asombrar, ….
Este tipo de “juegos” también ayudan a modificar los
aspectos de nuestro carácter que nos pueden debilitar. Al final, comprendes que
existen toda una serie de características superfluas y fosilizadas que se
adhieren vampíricamente a nuestra identidad pero no tienen nada que ver con
nuestro centro magnético.
Aprender a “simular” permite agilizar nuestro
comportamiento generando el poder de actuar como decidamos según la
circunstancia, a la vez que fortificar un núcleo atento y persistente.
Cada uno de nosotros suele estar limitado a una
descripción. Normalmente, cualquier acto que escape al molde que nos aprisiona
nos cuesta mucho más de realizar; pero si somos sorpresivos e impredecibles las
redes del Mundo Consensuado tendrán menos poder sobre nosotros.
Se trata de recuperar el Misterio que en el
fondo somos y todo es. Es mentira que todo esté definido; eso ya lo
sabe todo aquel que ha caminado un poco.
El aprendizaje de la simulación consciente así como la práctica de la “locura controlada” ayudan a
recrearse, a reinventarse y lograr una coherencia que venga definida
por nuestro Núcleo y no por las circunstancias.
Modificar tu encaje en las circunstancias es modificar las
circunstancias en sí.