Es, y a la vez, no es lo que parece...
"La sal Nitro y el Salitre son la misma cosa y si hay diferencia es que el Nitro es un salitre más fino y más puro. M. Lémery, definió esta sal de una manera muy simple: El Nitro, dice, es una sal impregnada de cantidad de espíritus del aire que la vuelven volátil. Esta sal se extrae de las piedras, las tierra, las runas… Entre todos los que han hablado de esta sal admirable, el Caballero Digby, se lleva, por así decirlo, la palma: la sal Nitro es un imán que atrae sin cesar y del aire, una sal parecida, que la vuelve fecunda y vivificante. Es, sobre esto, lo que el Cosmopolita comentaba sobre que hay dentro del aire una invisible y secreta sustancia de vida. Esta sal dulce y balsámica, contribuye tanto a la vida de los animales y de los hombres, como a la de las plantas. Esta sal es el verdadero alimento de los pulmones y de los espíritus. En esta sal habitan las virtudes seminales de todas las cosas, puesto que no es más que un muy puro y simple extracto preparado de todos los cuerpos sobre los cuales el sol arroja fuertemente sus rayos, sublimándola hasta tal punto de altura, que adquiere el último grado de pureza. Este imán terrestre, este lagarto, este rampante atrae hacia abajo, y succiona, por así decir, al dragón volador, para incorporarlo y no hacer más que un todo, conforme a ese gran aforismo de la tabla esmeralda “el superior y lo inferior no son más que una misma esencia. El sol es su padre, la luna es su madre, la tierra es su nodriza y el aire lo lleva y lo distribuye por todos los lados”. La acción del Nitro del Aire, que se bate sin cesar alrededor de la tierra y de las plantas impregnadas de Nitro terrestre preparado, es el mecanismo de la propia Naturaleza. Esta reunión del superior con el inferior, no es una imaginación, es real y efectiva, es el matrimonio del cielo y de la tierra, por el que nacen todas las producciones que se hacen en la familia de los minerales, vegetales y animales. Esta sal exaltada y puesta en movimiento, por los nacientes calores de la primavera, se mezcla en el jugo de las plantas, en la sangre de los animales y en el seno de la tierra. Lleva a los unos y a los otros a la reproducción y a la multiplicación de su género y de sus especies. De ella (la sal exaltada) viene el gozo y el rejuvenecimiento que la primavera hace brillar sobre toda la faz de la Naturaleza, y ese mismo Nitro bien preparado, como dice este sabio inglés en el uso humano, “Renovabitur ut aquila”. Platón, el divino Platón, otorga a justo título a la sal, un trato divino. No dudó en decir que la sal es el objeto de la predilección de los Dioses. Hay que estar de acuerdo en que ellos (los antiguos) se refieren a un Nitro aéreo, que es atraído en forma de sal más blanca que la nieve, por la fuerza de los rayos del sol y de la luna, por un imán que atrae al espíritu invisible. Es la magnesia de los filósofos y el agente con el que componen su disolvente o mercurio filosófico, que abre el mixto justo hasta su centro para obtener este fuego puro que es ese alma, principio de vida y de las acciones de todas las cosas, que es en cualquier forma, la llave que abre las puertas secretas para descomponer el mixto y reducirlo a su primer principio. Tal es, en fin, el que nos sirve de disolvente en la composición del oro potable de M. Grimaldy. Nosotros convenimos en decir que no se trata de esta sal admirable de la que hemos oído hablar preferentemente, sino la que comenta Lémery, que se hace en el Arsenal, que tiene por tanto en sí, grandes virtudes, puesto que este Nitro terrestre, estando bien preparado y perfectamente purificado, es de la misma naturaleza y contiene los mismos principios que el celeste. La dificultad no reside más que en la purificación exacta de esta sal, sobre la que no hemos llegado hasta hoy porque no habíamos profundizado en la naturaleza de este mixto, ni conocido las partes en que se compone. Es ahora cuando hemos tenido éxito. Los más escépticos convendrán, sin duda, fácilmente, que la purificación de los mixtos es necesaria para poder extraerle la virtud y para sacar de sus diferentes cualidades todos los socorros y venta- jas que nos ofrece, ya que los excrementos que lo infectan no hacen más que retardar su acción, obstruir su virtud y cambiar su cualidad. Más, la dificultad de llegar a una verdadera purificación, no es pequeña. Para conocer el medio, es necesario conocer la naturaleza y la composición del mixto que se quiere purificar, como así también de los agentes que se emplean en esta obra. De toda clase de purificaciones, las mejores son aquellas que tienden a restituir los mixtos simples, quiero decir, las que desprenden y separan otros mixtos que a menudo se encuentran unidos a ellos desde su formación y que por ende parecen inseparables, son los más necesarios, pues si el mixto se encuentra unido a otro mixto, el que has retirado antes de la separación, sea espíritu, sea cuerpo, sea sal, azufre o mercurio, estará compuesto de dos y participará de las cualidades diferentes de cada uno de estos mixtos. Así no tendrás más que una virtud alterada, diferente de la que debes tener y que crees tener a menudo corrompida o al menos muy debilitada. El Nitro, del que sus virtudes propias son tan grandes, que pueden ellas solas operar en lo que hay de más maravilloso en la naturaleza, de más raro en el arte, es uno de los mixtos compuestos y unidos en la formación de otro mixto que detiene y apaga casi su virtud y cambia sus cualidades naturales. Es la sal marina o sal gema que se une al Nitro en su formación. Todo el mundo conviene en ello, pero pocos penetran en la causa y el principio de esta unión. Se separa correctamente una parte de sal extraña por las diferentes lociones63 y cocciones que se le dan al Nitro, más no se llega a separar toda la sal extraña a la que el Nitro está unida. Comúnmente, es el Nitro de la tercera cocción o el que está en cristales, el que pasa por el más puro, el más desprendido que se pueda tener. Más es sin embargo posible, que de este más puro y desprendido Nitro, se separe todavía una cantidad considerable de sal extraña, lo que de- muestra la utilidad y la misma necesidad de nuestro descubrimiento y de nuestro proceder. El medio que nosotros empleamos para hacer este desprendimiento, esta separación total es de lo más simple, el agente del que nos servimos es de lo más común. La operación es muy corta y de poco gasto. Es así como opera la Naturaleza, es necesario seguirla, imitarla, no hace falta más que estudiarla y conocerla"
Obras póstumas de M. de
Grimaldy
E. Jourdan de Pellerin