#1
Entiéndase
que la gnosis no es algo a lo que el buscador accede como mero
receptor pasivo del objeto de su búsqueda, sino que para tener
acceso a esa fuerza viva, el buscador debe transformarse a sí mismo
en algo
distinto.
Así pues no podemos decir que existe un objeto de vida y sabiduría
separado del propio sujeto que lo busca.
En
este proceso de endura y épiméleia por el que nos
convertimos en nuestra propia obra de arte,
el buscador se disuelve a sí mismo y se reconstruye a sí mismo
-con lo que se ha “salvado”- a través de diferentes esquemas de
reconocimiento. Este reconocimiento de la physis de uno mismo, del
mundo y de los dioses es generador y destilador de Ethos ( Ethopoiein
) .__.-._..-_.--.-..__-.-_.--.._.__.--.._-._.-- y requiere de una
serie de prácticas específicas destinadas a cambiar el modo de ser
del buscador, esto es: una “tecnología de la vida” que nos
permita imbuirnos de esta gnosis (acausal?).
Vale
la pena aclarar que para la antigua cultura greco-latina, el concepto
de la ética no estaba vinculado a la ley, sino a la cuestión
principal de comprender en qué medida el hecho de conocer lo que es
harmonioso puede permitir al sujeto, no solamente actuar como debe
actuar, sino ser como quiere ser.
Foucault
deduce del Alcibíades
de Platón que esta tecnología de la “épiméleia heautou”
posee tres elementos clave:
-La
práctica de la concentración del alma: el alma en tanto que sujeto
agente, en tanto que sujeto de acción eficaz que, mediante la
“chresis” y la pasión, se sirve de diversos intrumentos como su
cuerpo, la naturaleza, el lenguaje, la sociedad, etc...
-La
práctica de la Anacoresis: “...Prácticas como ritos de
purificación, necesarios para el contacto con los
dioses y para que pudiesen decirnos la verdad; las técnicas de
concentración del alma, para evitar la dispersión del alma debido a
las perturbaciones externas, ausentarse in
situ,
dentro del mundo...” (La
Hermenéutica del Sujeto,
de Michel Foucault
)
-La
práctica del endurecimiento y Ascesis ( Asketés - ἀσκητής ,
referente al que practica un arte o es un atleta): no como una
renuncia sino como un medio para lograr algo, para volverse fuerte,
hábil y capaz de resistir los embates del destino
#2
Pero
alguien verdaderamente honesto y con algo de experiencia “ahí
afuera” no se engaña, no demanda excesiva seguridad para su
cotidianidad...pues nada es seguro, todo puede dar un giro inesperado
y atraparte en un remolino que requiera de lo mejor de ti mismo para
sobrevivir. En ese momento crucial, puede que el espacio y el tiempo
se compriman en una situación unívoca y puede que uno se encuentre
a sí mismo defendiendo los
últimos muros de su plaza interior.
Hasta
un cierto punto, la inseguridad cambiante y el desafío son de las
pocas cosas que uno puede dar por hecho. De este modo, lo mejor es
desarrollar una actitud de sobriedad y desapego...Cuando no sabemos
si mañana estaremos “aquí” ( donde quiera que sea eso ), es
mejor no obsesionarnos con pueriles cargas. Si dependes de une
excesiva seguridad, el pánico se apoderará de ti a poco que algo
inesperado te avasalle....estarás tenso, temeroso, enfadado....
Es
mejor ejercitarse en la serenidad perspicaz y el vigor que fluye,
para ser capaz de sonreír ante el averno. Aprender este fluir, esta
eficiencia sobria y espartana nos hace capaces de mirar a las alas de
la muerte y “pillarla al vuelo”.
#3