"La conciencia toda es pretérita al pensamiento, sea este expresado o no expresado,pensamiento verbal o en busca de la palabra; el pensamiento como sentimiento, el sentimiento como pensamiento. El pensamiento jamás está quieto; la reacción que se expresa a sí misma es pensamiento, y el pensamiento a su vez multiplica las respuestas. De este modo la belleza es el sentir expresado por el pensamiento, y el amor está aún dentro del campo del pensamiento. ¿Hay amor y belleza dentro del cerco del pensamiento? ¿Hay belleza cuando hay pensamiento? La belleza y el amor conocidos por el pensamiento son los opuestos de la fealdad y el odio. La belleza no tiene opuesto, ni lo tiene el amor.
Ver sin el pensamiento, sin la palabra, sin la respuesta de la memoria, es por completo diferente del ver con el pensamiento y el sentimiento. Lo que uno ve desde pensamiento es superficial; entonces el ver es tan sólo parcial. Esto no es ver en absoluto. El ver total es el ver desde la conciencia que reside antes del pensamiento. Ver una nube sobre una montaña sin el pensamiento y sus respuestas, es el milagro de lo nuevo; ello no es «hermoso», es algo explosivo en su inmensidad; es algo que nunca ha sido y que ya jamás será. Para ver, para escuchar es preciso que toda la conciencia esté quieta a fin de que la destructiva creación pueda ser. Ello es la totalidad de la vida y no el fragmento que implica todo pensar. No hay «belleza», sino sólo una nube sobre la montaña; eso es creación..."