La Piedra Fundamental – Meditación – ofrecida por Rudolf Steiner durante la asamblea de refundación de la Sociedad Antroposófica en Navidad, 1923, en Dornach, Suiza. Esta traducción de la Piedra Fundamental es de Frank Thomas Smith (SouthernCrossReview.org) y María Teresar Gutiérre.
¡Alma humana!
tú vives en las extremidades
que por el mundo del espacio
al mar del ser espiritual te llevan:
practica la recordación del espíritu
en lo profundo del alma,
donde, en el obrar
del ser creador de los mundos,
nace el propio yo
en el yo de Dios;
y vivirás verdaderamente
en el ser cósmico del hombre.
Pues obra el Espíritu Padre de las alturas
generando ser en las profundidades del cosmos.
Serafines, Querubines, Tronos,
haced resonar desde las alturas
lo que eco encuentra en las profundidades.
Esto dice:
Ex Deo nascimur.
Oyen esto los espíritus elementales
al Este, Oeste, Norte, Sur:
que lo oigan los hombres.
¡Alma humana!
tú vives en la pulsación del corazón y del pulmón,
que a través del ritmo del tiempo
al sentir del propio ser anímico te conduce:
Practica la contemplación del espíritu
en el equilibrio del alma,
donde las fluctuantes
acciones del devenir cósmico
unen el propio yo
al yo cósmico;
y sentirás verdaderamente
en el actuar del alma humana.
Pues obra en derredor la voluntad de Cristo
confiriendo gracia a las almas en los ritmos cósmicos.
Kyriotetes, Dynamis, Exusiai,
haced que desde el oriente se encienda
lo que por el occidente se forma;
esto dice:
in Cristo morimur.
Oyen esto los espíritus elementales
al Este, Oeste, Norte, Sur;
que lo oigan los hombres.
¡Alma humana!
tú vives en la calma de la cabeza,
que desde los fundamentos eternos
los pensamientos cósmicos te transmite:
Practica la visión del espíritu
en la calma del pensar
donde los eternos fines de los dioses
otorgan luz del ser cósmico
al propio yo
para su libre voluntad:
y pensarás verdaderamente
en lo profundo del espíritu humano.
Pues los pensamientos cósmicos del espíritu,
implorando luz, obran en el ser cósmico.
Archai, Arcangeloi, Angeloi,
permitid que desde las profundidades los ruegos
en las alturas sean oídos.
Esto dice:
Per spiritum sanctum reviviscimus.
Oyen esto los espíritus elementales
al Este, Oeste, Norte, Sur;
que lo oigan los hombres.
En la inflexión de los tiempos
entró la luz del espíritu cósmico
en el devenir terrestre;
las tinieblas de la noche
habían dejado de reinar;
clara luz del día
resplandeció en las almas humanas;
Luz
que da calor
a los pobres corazones de los pastores,
Luz
que ilumina
la frente de los sabios reyes.
Luz Divina
Cristo-Sol
da calor
a nuestros corazones;
ilumina
nuestras frentes;
que el bien resulte
de lo que de corazón fundamos,
de lo que de la cabeza
con conciencia
nos proponemos.