sábado, 18 de octubre de 2008

Continuidad de Consciencia ( Niebla )

Está claro que sólo la denominada alma consciente puede apreciar lo que llamamos música. Así como el alma sensible puede percibir una serie de sonidos, cada uno en su particular momento presente, desligados los unos de los otros, sólo el alma consciente, es decir el yo, puede establecer una continuidad y una coherencia inteligente (de coligar) las cadencias melódicas dentro de su marco armónico. En el caso de los procesos económicos nos encontramos ante un caso similar:
Lo que normalmente sucede en las transacciones económicas es que los agentes implicados reciben una impresión sensible de lo que está sucediendo como situación aislada sin que el elemento yo intervenga en ningún momento. Así tenemos que la persona es impelida a reaccionar a una serie de estímulos, sean estos, necesidad orgánica, deseo, apetito…todas ellas funciones de los cuerpos inferiores, sin que se produzca un esfuerzo por penetrar en el suceso “oculto” y significativo que está sucediendo. Sin embargo, en lo que a comprensión desligada del estímulo sensorial inferior se refiere, esta atención y este esfuerzo son claves para invocar al yo como elemento de fraternidad y comprensión efectiva.
Si entendemos que el dinero actúa como sustitutivo simbólico (necesario si tenemos en cuenta la división del trabajo) del “deber de reciprocidad” adquirido con la parte que ha prestado un determinado servicio, podemos relacionar el dinero con la disociación y el “sueño” en el que la consciencia sensible se retira de lo físico. Así como en el mundo de los hombres esta consciencia permanece ciega en lo suprasensible hasta que no se penetra por el Yo espiritual, el mundo del dinero es un ámbito neblinoso y ciego en el que también se requiere la continuidad de consciencia a través de esta disociación y sueño. A este respecto podemos pensar que el proceso de contabilidad y análisis financiero pueden convertirse en verdaderos ejercicios “ocultos” – equivalentes pj a los ejercicios de recapitulación psíquica…- puesto que la voluntad de un yo debe elevarse a un plano superior de reflexión para situar la transacción económica concreta dentro de su momentum, dándole procedencia, destino, proceso e intención y dotando de coherencia y continuidad, elevando las simples reacciones aisladas y reactivas a su equivalente superior. Lo que podíamos entender como meras notas descolgadas en el discurrir más o menos onírico de la vida cotidiana, pueden ser ahora expuestas en su pentagrama y definidas como elementos de un proceso superior, una música que aún no podemos oír pero que es esencial para entender el significado cotidiano y práctico del sistema económico.