martes, 17 de enero de 2012

Aceleración cinética y perceptiva. Clave Fortas 34

Ser consciente de lo que sucede a nuestro alrededor -sentir el flujo de acontecimientos- y a la vez ser consciente del reflejo que estos acontecimientos despiertan en nuestro interior...y viceversa ( darse cuenta de las respuestas externas a nuestras impresions subjetivas ) Ser consciente de estos dos flujos simultáneos y también ser consciente del elemento en nosotros que lleva a cabo esta acción de prestar atención. Suma además el llegar a ser consciente no solo del elemento que lleva a cabo esta acción, sino de “quien” quiere llevarla a cabo…

Siguiendo el método de observación de sí mismo uno llega a un punto en el que tanto las percepciones del mundo externo como las sensaciones del mundo interno se presentan como una pantalla de acontecimientos. El observador tiene delante esa especie de pantalla esférica que, de algún modo, puede observar a la vez desde su interior y desde afuera, como desplegada enfrente.

Al principio uno tiende a comportarse como un observador, pero es preciso propiciar la actuación, la intervención en la pantalla. Entrenándose a actuar de este modo se puede acceder a situaciones extramundanas…pero centrémonos en lo que sucede al principio.

Conservando esta extraña perspectiva, en la que estás dentro de la pantalla y a la vez estás afuera percibiéndola como desplegada, comenzarás a detectar las sustancias finas que irradia el tejido del continuum ( Petrichor ). Pero tampoco nos detengamos ahora a hablar sobre este importantísimo aspecto de la alimentación y la interacción con la “Reina Atmósfera”…

Pues bien, llega un momento en que ( siguiendo el entrenamiento del movimiento y la actuación autoconsciente ) el practicante comienza a tener la percepción de que el espacio - tiempo se comporta de un modo sutilmente diferente a su alrededor. Si su cuerpo está entrenado para soportar aceleraciones bruscas, puede llevar a cabo actos repentinos extraordinarios ( dependiendo de la lucidez del practicante ). Más aún, la sensación de “Déjà vu” se vuelve recurrente y puede ser sostenida por periodos cortos, pero lo suficientemente persistentes como para ser útiles a la hora de anticipar ciertos sucesos inminentes.