CAPITULO IX ( Ssma. Trinosofía )
"...A cierta distancia de la orilla un suntuoso palacio elevaba en los aires sus columnas de alabastro. Sus diferentes partes se juntaban por pórticos color de fuego. Todo el edificio era de una arquitectura liviana y aérea. Me acerqué a las puertas; sobre el frontis estaba representada una mariposa. Las puertas estaban abiertas... Entré. Todo el palacio consistía en una sola sala... Tres filas de columnas la rodeaban. Cada fila estaba compuesta por veintisiete columnas de alabastro.
En el centro del edificio había una figura de hombre saliendo de una tumba; su mano, apoyada sobre una lanza, golpeaba la piedra que antes la encerraba. Su cintura estaba ceñida por un ropaje verde en cuyo borde inferior brillaba el oro. Sobre su pecho había una tabla cuadrada sobre la que distinguí algunas letras. Una corona de oro estaba suspendida encima de la figura, y ésta parecía elevarse en los aires para asirla. Encima de la corona había una plancha de piedra amarilla sobre la que estaban grabados algunos emblemas. Los interpreté con ayuda de la inscripción que vi sobre la tumba y por la que había visto sobre el pecho del hombre.
Permanecí en esta sala llamada Balsan, el tiempo necesario para contemplar en ella todos sus contornos, y salí de allí con la intención de llegar, a través de una vasta llanura, a una torre que distinguí a una distancia bastante grande..."
"...A cierta distancia de la orilla un suntuoso palacio elevaba en los aires sus columnas de alabastro. Sus diferentes partes se juntaban por pórticos color de fuego. Todo el edificio era de una arquitectura liviana y aérea. Me acerqué a las puertas; sobre el frontis estaba representada una mariposa. Las puertas estaban abiertas... Entré. Todo el palacio consistía en una sola sala... Tres filas de columnas la rodeaban. Cada fila estaba compuesta por veintisiete columnas de alabastro.
En el centro del edificio había una figura de hombre saliendo de una tumba; su mano, apoyada sobre una lanza, golpeaba la piedra que antes la encerraba. Su cintura estaba ceñida por un ropaje verde en cuyo borde inferior brillaba el oro. Sobre su pecho había una tabla cuadrada sobre la que distinguí algunas letras. Una corona de oro estaba suspendida encima de la figura, y ésta parecía elevarse en los aires para asirla. Encima de la corona había una plancha de piedra amarilla sobre la que estaban grabados algunos emblemas. Los interpreté con ayuda de la inscripción que vi sobre la tumba y por la que había visto sobre el pecho del hombre.
Permanecí en esta sala llamada Balsan, el tiempo necesario para contemplar en ella todos sus contornos, y salí de allí con la intención de llegar, a través de una vasta llanura, a una torre que distinguí a una distancia bastante grande..."