La Gnosis, la energía libre - a falta de mejor denominación de algo que escapa al lenguaje humano-, no se manifiesta jamás a la conciencia dialéctica, sea cual sea el grado de cultura o refinamiento de esta conciencia. La Gnosis actúa independientemente del raciocinio, los sentimientos y de la voluntad automática. Quizás esto sea difícil de comprender. No puedes querer que exista, ni codiciarla, ni atraerla por medio del intelecto o del deseo…No le importa ninguna de estas cosas. El Ojo Estelar no irradia en un sentido “vinculantemente activo” sobre una humanidad sonámbula. Sólo los microcosmos que han atravesado la fase del aniquilamiento de la naturaleza dialéctica y han alcanzado un cierto grado de individuación pueden experimentarlo…Conciencia de sí, desconexión y reconexión a la fuente superior: Solve et Coagula; y en el sentido:
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Cuando el yo, que es la conciencia, renuncia a sus impulsos automáticos, se vuelve "silencioso ", entonces la sangre y la secreción interna son modificadas - puesto que ya no poseen una tal saturación de elementos esclavizantes y podemos decir que “ pesan menos” - . La voluntad, el deseo y la búsqueda intelectual se dejan cambiar por este silencio y alcanzan un estado de serenidad. ¿Qué podría aún desear, atraer o rechazar el aspirante? ( pj. el deseo debe transformarse en su octava superior, la Aspiración ) Se ha vuelto silencioso y cristalino ante la luz de esta Energía Libre.
En este silencio maravilloso, llega un momento en el que ya ninguna fuerza natural ordinaria puede ejercer su dominio sobre el sistema. Sólo subsiste una interacción biológica entre la personalidad y las diversas fuerzas etéricas para poder mantener a la personalidad. Y, en este estado, aún la esfera maya se sensibiliza a la luz del espíritu…Se desarrolla entonces cierta sensibilidad para la radiación gnóstica y, en esta unión, se inicia la Transmutación.
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Cuando el yo, que es la conciencia, renuncia a sus impulsos automáticos, se vuelve "silencioso ", entonces la sangre y la secreción interna son modificadas - puesto que ya no poseen una tal saturación de elementos esclavizantes y podemos decir que “ pesan menos” - . La voluntad, el deseo y la búsqueda intelectual se dejan cambiar por este silencio y alcanzan un estado de serenidad. ¿Qué podría aún desear, atraer o rechazar el aspirante? ( pj. el deseo debe transformarse en su octava superior, la Aspiración ) Se ha vuelto silencioso y cristalino ante la luz de esta Energía Libre.
En este silencio maravilloso, llega un momento en el que ya ninguna fuerza natural ordinaria puede ejercer su dominio sobre el sistema. Sólo subsiste una interacción biológica entre la personalidad y las diversas fuerzas etéricas para poder mantener a la personalidad. Y, en este estado, aún la esfera maya se sensibiliza a la luz del espíritu…Se desarrolla entonces cierta sensibilidad para la radiación gnóstica y, en esta unión, se inicia la Transmutación.